Si eres de las mujeres a las que les gusta usar tacones altos como parte de tu vestimenta de todos los días, debes tener mucho cuidado, ya que este hábito puede repercutir de manera negativa en tu salud.
El calzado ya de por sí ejerce un significativo impacto sobre el pie, pero si a esto le sumas la presión a la que están sometidos tus pies cuando usas tacones altos puedes provocarte problemas graves.
Según especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en México 90% de la población femenina utiliza calzado inadecuado, lo que provoca daños irreversibles a la salud. Cabe señalar que parte de ese llamado calzado inadecuado lo son los zapatos de tacón alto, o sea, aquellos con más de 7 centímetros de altura.
De hecho, el 75% de las derechohabientes del IMSS acuden por afecciones como problemas en las rodillas, cadera y columna por el uso de este tipo de calzado. Los problemas más recurrentes por uso de tacones altos son:
Lesiones en las rodillas
Los tacones altos producen un desafío antinatural al caminar, que el cuerpo maneja poniendo más tensión en las rodillas. La Dra. Kerrigan, profesora de la Universidad de Virginia y jefe del departamento de medicina física y rehabilitación realizó una investigación que indica que los tacones de las mujeres pueden ser los principales culpables de la osteoartritis.
La osteoartritis se produce cuando se degenera la superficie que cubre las articulaciones de las rodillas. Con el tiempo el cartílago se rompe y los huesos se frotan uno con otro causando un dolor severo, lo cual puede ser muy grave porque puede limitar la movilidad de una persona.
Las mujeres que usan tacones altos ejercen una presión 23% mayor en sus rodillas que cuando llevan zapatos planos. Lo que contribuye a una tasa promedio de artritis en la rodilla dos veces mayor en mujeres que en hombres.
Deformaciones en los pies
El pie esta constituido y diseñado por 26 huesos, 19 músculos y ligamentos para soportar el peso y la distribución de la carga de todo nuestro organismo, pero esta función se altera por el uso inadecuado del calzado, ya que la elevación del tacón y la punta estrecha conllevan a un acortamiento de los músculos de la pantorrilla y una sobrecarga de los huesos de los dedos del pie. Con lo que se producen las desagradables deformaciones del pie como las llamadas dedos de garra o de martillo, tendinitis, juanetes e inflamación crónica de los tobillos.
Dolores crónicos de espalda y cuello
La columna vertebral debe de estar bien balanceada desde la base del cráneo hasta el final de la pelvis y si uno de estos puntos está fuera de alineación, el otro buscará una compensación, lo que produce al usar tacones altos se adopten posturas forzadas, como sacar el trasero y elevar el mentón, por ejemplo, por lo que esta tensión en los músculos de la parte posterior de la cabeza puede producir dolor de espalda, cabeza y cuello.
Problemas de circulación en las piernas
Al caminar, los músculos de las piernas se contraen y relajan rítmicamente, produciendo un efecto de bombeo y masaje sobre la circulación venosa de retorno al corazón. Esto facilita la vuelta de la sangre y adecua la velocidad del flujo a las necesidades que la marcha impone. Pero este proceso natural queda obstruido al portar tacones demasiado altos, por lo que el resultado será una acumulación excesiva de sangre en las piernas que conducirá, en las personas propensas a trastornos vasculares, y en todas a largo plazo, a hinchazones, dolores y várices.
Recomendaciones
Los especialistas recomiendan el uso de tacones de 1.5 a 3 centímetros no mayores que eso y lo ideal es que sean anchos para evitar desequilibrios y malas posturas al andar, que a la larga afectan seriamente a la columna vertebral. Asimismo, resérvalos para ocasiones especiales y úsalos por breve tiempo, no todo el día.
Tampoco te pongas este tipo de zapatos si tienes los pies hinchados o con callosidades, ya que esto puede agravar la situación.
Recuerda consultar a tu médico si presentas alguno de estos problemas derivados del uso de calzado con tacones altos, quien te revisará e indicará el tratamiento más adecuado.
Referencia informativa: Turner, W., et. al. “Habilidades clínicas para el tratamiento del pie”. Elsevier, España, 2007; Chaitow, L., et. al. “Aplicación de las técnicas neuromusculares: Extremidades inferiores”. Paidotribo, España, 2006; Niven, D., “Los 100 secretos del la gente saludable…”. Norma, Colombia, 2004; www.imss.gob.mx; www.medicinadigital.com
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